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lunes, 22 de diciembre de 2014

PRINCIPALES PROBLEMAS DE NUTRICIÓN EN LOS ANCIANOS

El principal problema que sufren los ancianos es la DESNUTRICIÓN, cuando dejan de comer.
Inmediatamente disminuye la masa  muscular, compuesta de proteína, aumentando el riesgo de sufrir úlceras por presión.
Surgen problemas de masticación de los alimentos, por falta de piezas dentales, lo que lleva a tener que cambiar su dieta por alimentos blandos y triturados, ésto a su vez tiene un doble filo, ya que al triturar los alimentos, éstos pierden su fibra alimenticia y en poco tiempo, tendremos a un anciano estreñido con todas las consecuencias que acarrea, si no aportamos de forma específica la fibra en su dieta.
También sabemos que con la edad, se puede producir una alteración en el gusto, AGEUSIA.
Se presentan trastornos del sueño, INSOMNIO y en el centro de la sed, produciendo deshidratación, por eso es tan importante realizar una serie de pautas para intentar paliar estas cosillas que si las dejamos campar a sus anchas, provocarán desastres difíciles de tratar.

Para el insomnio es muy conveniente que la persona mayor que lo sufre, modifique algunos hábitos y tome otros que propicien de forma natural el sueño nocturno, que es el más reparador y gratificante. Por ejemplo, cuando vemos que se duermen durante el día y están tan agustito, debemos tener el valor y la determinación de intentar que eso se vaya reduciendo, principalmente puede ser por aburrimiento, o bien por medicación, hay que saber cuál puede ser el origen para poder solucionarlo y estando más activos y liados durante el día, sin duda llegarán a la noche cansados y con ganas de tomar la cama, haciendo que el lugar sea especial, limpio, desodorizado, aromatizado, con una iluminación óptima que lleve al descanso y al mismo tiempo con las medidas oportunas para si tiene que levantarse por la noche, en el caso que pueda hacerlo, tenga buena visibilidad y no tropiece con ningún obstáculo. Si fuera por mi, aunque reconozco que tal vez sea algo complicado de instaurar, tendría incluso una suave música relajante, a modo de nana o lo que determinemos juntos que le gusta y le lleva a un estado de calma, estando preparada para recibir negativas, pero confiada en que todo es probar.

En cuando a la sed, es muy común que carezcan de ella, muchos de los ancianos que he conocido no tienen nunca sed, por lo que hay que estimular esa pauta hídrica teniendo en cuenta lo que ingieren en forma de alimentos y proponer infusiones, zumos naturales que son agradables de tomar si además se toman en compañía, en un momento determinado, haciendo de ello una rutina que no podemos saltarnos. Ese momento de "vamos a tomarnos nuestro te", "nuestro chupito", "nuestro cóctel"..., en fin respetando la variabilidad de cada uno, sabremos qué exótico brebaje ofrecer para hacerlo agradable y sobre todo que ingieran el líquido necesario para su hidratación.

 Los factores sociales que intervienen en la desnutrición del anciano son en muchas ocasiones por desconocimiento de lo que es una dieta equilibrada, por mitos arraigados, costumbres y tradiciones inadecuadas y sobre todo y lo más importante por soledad.

Sabiendo estos principales trastornos que pueden llevar a una persona mayor a la desnutrición, podemos poner remedio, intentando dar un giro con paciencia, respeto y cariño en muchos de sus hábitos y costumbres. Sobre todo paliaremos el gran problema de la soledad, pues nuestra compañía hará milagros en muchos sentidos, aunque en un principio no sea bien recibida.

A mi misma me ocurre que cuando tengo que comer sola, me vale cualquier cosa, un picoteo, algo rápido, aunque se a ciencia cierta que tal vez no es lo más saludable para mi, pero como estoy sola, muchas veces ni me siento.

En cambio, cuando como en compañía o bien he invitado a alguien a comer en casa, hago todo un despliegue de medios para realizar un guiso exquisito, una nueva receta, algo fantástico con lo que agasajar y disfrutar con mi compañía, sea la habitual o invitada.

Por lo tanto, el momento alimentación, es algo que debe ser entendido desde todo lo que rodea a esta actividad y dar el valor que verdaderamente tiene. No es comer y punto. Se trata de alimentarse y nutrirse de la forma más beneficiosa y divertida posible.

Los sentidos tiene mucho que ver en esta actividad, hay que dejar sentir el alimento, con la vista, con el olfato y por supuesto con el gusto. Escuchar un borboteo de un guiso cociendo, remover con una cuchara mientras hablamos, olfatear esa sopa deliciosa que hemos hecho juntos, vigilar el asado, dar la vuelta a ese pescado que tenemos en la plancha, pelar verduras y cortarlas de diferentes formas, creo que podría explicar mil y un momentos que se pueden dar al rededor de una cocina para luego terminar disfrutando del alimento. Lo importante es intentar disfrutar de cada momento que estamos vivos y compartirlo con todo el que quiera hacerlo.

Estamos de paso, vamos a hacerlo lo mejor que sabemos y hagamos de la sonrisa una epidemia universal.





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