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jueves, 15 de enero de 2015

ASEO

Qué bien se siente uno cuando ha tomado un baño o una ducha. Es un acto que normalmente se hace en la intimidad, ¿verdad?, es algo que entra dentro de nuestras actividades de la vida diaria.
Tal vez no pensemos en la importancia y beneficios que tiene la higiene, hasta que un día, por circustancias, nos vemos en la situación de que no lo podemos realizar cuando nos apetece y nuestro pelo y nuestra piel, se tornan de otro color y aroma, distintos a los que tenemos cuando nos hemos aseado adecuadamente, eso, también afecta a nuestro estado de ánimo.

Imaginamos que tenemos tiempo, nos levantamos por la mañana, nos ponemos nuestra bata o albornoz, según nuestra costumbre, desayunamos tranquilamente mientras leemos el períodico, escuchamos la radio o simplemente dejamos nuestra mente fluir hacia el nuevo día que comienza. Después, vamos al baño y hacemos nuestra deposición diaria, sin problemas, para por último abrir el grifo del agua caliente, comprobar la temperatura del agua, y una vez esté a nuestro gusto, entramos en la ducha procediendo a nuestro aseo personal, mojamos nuestro cuerpo, el pelo, y nos enjabonamos bien en acto prácticamente reflejo, después, nos aclaramos, el proceso no suele durar más de cinco minutos normalmente, porque lo hacemos de forma automática, estimulandonos con el agua, los aromas de los geles y champus, sintiendo una sensación de bienestar que activa nuestros sentidos y nos pone en marcha en el nuevo día, o bien nos relaja y reconforta si es antes de irnos a dormir.

Ahora imaginemos que esta estupenda escena anterior, no depende de nosotros, sino que es alguien quien nos tiene que ayudar en esta actividad de la vida diaria y hemos perdido la intimidad y la independencia, por enfermedad o bien porque nos hemos hecho mayores y ya no tenemos la misma seguridad para movernos dentro del baño, que teníamos antes, por lo que necesitamos ayuda para poder estar aseados y arreglados como siempre lo hemos estado.

Desnudarse delante de alguien no es algo a lo que estemos habituados, existe el pudor, que aunque para algunos solo es un prejuicio que existe en los humanos, es algo que hay que respetar. El aseo de una persona es un acto muy importante y para el que hay que tener en cuenta su nivel de dependencia y de autonomía, las características de la vivienda en cuanto al cuarto de baño, si está provisto de ducha o de bañera, así como de las ayudas técnicas y productos de poyo que disponemos, sin pasar por alto las preferencias de la propia persona asistida o cuidada.

La recomendación es que se prepare todo el equipo necesario antes de iniciar el aseo, explicando en todo momento a nuestra persona cuidada lo que se le va a hacer, de esta manera, nos evitaremos dejarle solo y desnudo porque se nos ha olvidado algun elemento en otra habitación. Como sabemos que puede existir pudor por parte de la persona asistida, desdramatizaremos el momento, manteniendo el contacto visual con la persona, charlando con naturalidad, infundiendo de esta forma seguridad, tranquilidad y profesionalidad.

Si la persona está encamada, tendremos siempre la prudencia de tapar con una sábana o toalla, aquellas partes que quedan al descubierto pero que no estamos aseando, así se sentirá más agusto y tranquilo, haciendo del momento del aseo un rato agradable, en el que también iremos informando a la persona de lo que estamos haciendo, independientemente de su grado de dependendia o de respuesta, la comunicación es un acto de unión que implica confianza y complicidad entre las personas que estan actuando.

Hay que tener en cuenta la temperatura de la habitación entre 21º y 24ºC, evitando corrientes de aire, y la temperatura del agua que oscilará entre 37º y 40º, a no ser que se haya prescrito alguna otra cosa al respecto.

Los productos más indicados para el aseo son los jabones neutros, porque no son irritantes para la piel y además si conocemos los gustos del asistido en cuanto aromas, es maravilloso los beneficios que puede proporcionar la aromaterapia en el estado de ánimo de una persona, habiendo en el mercado jabones neutros con aromas y aceites esenciales propios para el aseo. Si no es posible se usarán jabones neutros e inoloros, que son compatibles con el ph de la piel y no agresivos.

Los movimientos que haremos para el aseo serán con suavidad, con calma y con precisión, haciendo hincapié en las zonas interdigitales y los pliegues cutáneos, además aprovecharemos para hacer una inspección de la piel para prevenir, evitar o bien tratar posibles lesiones cutáneas que se hayan podido producir en los casos de inmovilismo.
Con los masajes, proporcionaremos una estimulación de la circulación sanguínea, sobre todo en aquellas zonas sometidas a mayor presión como pueden ser la espalda, los talones, los codos y las rodillas.

Es muy importante que el asistido, siempre que pueda, proceda al aseo de algunas partes de su cuerpo, allá donde alcance, que colabore con nosotros, sintiendose útil para si mismo y si por el contrario no es posible, es muy importante fomentar y motivar con respecto a los beneficios del aseo y lo agustito que se va a encontrar después de haber terminado.

Existen muchas ayudas técnicas disponibles en el mercado que facilitan la tarea del aseo, y que podemos encontrar en multitud de tiendas on-line, por ejemplo asideros, tablas deslizantes, sillas geriátricas, dispensadores de jabón, cepillos con mango para acceder a lugares difíciles, alzadores etc..., la oferta es muy variada, seguro que encontramos eso que nos hace falta y nos ayuda a tener mayor autonomía y comodidad.

El aseo corporal siempre se hará una vez al día o cada vez que la persona dependiente lo necesite, teniendo en cuenta que el ritual de la ducha formará parte de las rutinas establecidas para el comienzo del día, como  orientación en el tiempo, en casos de tratamiento de las demencias, y los demás aseos que se puedan producir a lo largo del día por necesidad, serán parciales, pero no menos importantes, procediendo igualmente a secar adecuadamente e hidratar correctamente.

En la próxima entrada explicaré el aseo por partes, para que tengamos presente los aspectos importantes a tener en cuenta para realizar un buen trabajo en el que ambas partes estén satisfechas.








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